9.29.2013

Parc du Mont Royal

El parque de Mont Royal es para Montréal lo que el Central Park lo es para NY, además ambos fueron diseñados por el mismo urbanista. Cómo hoy hizo un buen día decidí ir al parque a caminar un poco, ver el paisaje y sentarme a la sobra de algún arbol para comer y leer. Elegí subir andando por un camino que contiene varios escalones, al llegar a la cima iba sudando y me faltaba el aire, creo que debo empezar a hacer ejercicio. En el parque había bastante gente mezcla entre turistas y lugareños. Escogí una buena sombra en un arbol y me senté a leer en la tranquilidad del campo un poco alejado de la gente. Ahí también comí, esta vez si me fuí preparado y traía un sandwich y un jugo. Después de la comida y una siesta me dirigí hacia el mirador, dónde se observa una de las mejores vistas de la ciudad y que es punto obligatorio de los turistas para hacerse fotos. En la explanada del mirador estaba instalado un piano, que es parte de un programa cultural de la ciudad. En diferentes zonas hay pianos accesibles a todo aquel que quiera usarlos, lo cuál es una idea muy buena. Como había bastante gente siempre había alguien tocando. Me senté a un lado del piano y fuí viendo que pasaban pianistas de todas las edades y nacionalidades, algunos tocaban mejor que otros pero todas las melodias se disfrutaban y eran aplaudidas por todos. Entre los pianistas había bastantes niños que ejecutaban melodías sencillas pero con una habilidad impresionante. Después de un rato de música regresé por el mismo camino por el que había subido. El parque es muy grande así que la próxima vez exploraré caminos diferentes. ¡Un abrazo!



9.28.2013

Parque Jean-Drapeau

Hoy intenté seguir haciendo uso de mi Free Pass para visitar museos. Pero como aún no tengo credencial de la Universidad no pude entrar a ninguno. Mi segundo intento fue entrar al museo del medio ambiente The Biosphere. Este museo se encuentra en el parque Jean-Drapeau en una isla cerca de la isla de Montréal y su fachada, por así decirlo, es una esfera muy grande y llamativa. La línea amarilla del metro te lleva directamente al parque. Ahí me dí cuenta que ya muchos de los árboles se están quedando sin hojas y otros ya han cambiado totalmente su color para recordarnos la temporada otoñal. Las vistas de Montréal desde el parque son muy bonitas, hoy hizo calor y mucha gente aprovechó para hacer picnic, yo no fuí preparado y me tuve que regresar al centro a comer. Mañana también habrá buenas temperaturas y este vez planeo ir al parque Mont Royal para ver la ciudad desde el otro extremo, esta vez si me llevaré mi sandwich, después les cuento que tal.




9.26.2013

El Grito


Llegué a Montréal en pleno mes patrio mexicano. Hace dos fines de semana fue la celebración de la independencia de México y era un buen pretexto para conocer paisanos por estas tierras. En la página web de la embajada de México estaban anunciadas dos fiestas, la primera el sábado 14 de septiembre en una asociación cultural y con ambiente familiar. La segunda era en una discoteca el domingo 15. Decidí ir a la primera. Al llegar al lugar inmediatamente supe cual era la entrada al evento pues había un par de mariachis fumando (tabaco) afuera. Entré tímidamente, compré mi boleto y me hicieron apuntar mis datos para una rifa. Al entrar al salón vi un escenario y mucha gente sentada en sillas viendo la actuación de Las divas de Montreal. Me quedé de pie cerca de la barra y ahí comencé a hablar con un chico que también iba solo. Después fueron llegando más gente y comencé a hablar con un grupo de señores que vienen por temporadas a Canadá a trabajar en el campo. Fue muy divertido. Se llegó la hora de la ceremonia cívica presidida por el cónsul de México en Montréal y después de eso el mariachi canto algunas canciones, entre ellas como no, "caminos de Guanajuato". Había muchas familias mixtas México-Canadienses. Había también venta de antojitos mexicanos, máscaras de luchadores, botanas y cervezas. El premio principal de las rifa eran dos viajes a México. Yo tenía el boleto 230 y uno de los viajes se lo llevó el 228, ¡cerca!


9.24.2013

Biôdome

El domingo pasado seguí haciendo uso de mi Free Pass. Fuí al Biôdome, un sitio que recrea algunos de los ecosistemas del planeta. Es un lugar muy interesante con algunos animales que parecen vivir en su habitat natural. Les dejo unas fotos, los animales que más me gustaron fueron los pingüinos.




9.23.2013

El día que no llegué. Última parte ¡menos mal!


¿En que nos quedamos? ¡ha! si…la terminal en la que me encontraba cierra por las noches, por lo que me recomendaron ir a la terminal internacional a pasar la noche. Este cambio implicaba volver a pasar los controles de seguridad en la nueva sala de espera y como mi pase de abordar era para el día siguiente no me permitieron pasar. Había dos opciones, esperar hasta la media noche o ir a la mesa de información de mi aerolínea y pedir un Gate Pass y esto último fue lo que hice. En la primera mesa que pregunté me dijeron que era imposible obtener un pase porque había mucho flujo de pasajeros en la terminal. No me quedé conforme y fui a otra mesa dónde si me dieron el pase sin problemas. Ya dentro de la sala internacional me instale enfrente del televisor que pasaba un juego de futbol americano. Después del primer partido comenzó otro, así que tenía otras 2 horas de diversión deportiva. Poco a poco la sala se fue quedando vacía y las cafeterías y tiendas comenzaron a cerrar. Afortunadamente tenía conexión a internet para entretenerme. Los empleados encargados del aseo empezaron a hacer su trabajo y me moví hacia una zona separada para intentar dormir, primero en un asiento, luego en dos con las piernas por un lado, después en la alfombra, pero no me acomodaba. Una señora de la limpieza me habló y me enseñó el mejor sitio para dormir, detrás de unos mostradores. Además me dio dos cobijas de las que dan en los aviones, le falto darme el beso de buenas noches. Dormí un poco, más mal que bien pero dormí. A las 6 a.m. empezó a surgir más ruido y movimiento en la sala y fue el momento de levantarme. Me fui rumbo a la terminal que me correspondía y ahora si esperé en la sala de abordar correcta. Mi avión salió a tiempo y finalmente a las 9:20 a.m. aterricé en Montréal.

9.21.2013

Free Pass

El gobierno y las universidades de Montréal otorgan a los estudiantes internacionales un Free Pass de 10 días para visitar 5 de los principales museos de la ciudad. Yo tengo el mío y hoy lo utilicé para visitar el Jardín Botánico y el Insectarium, dos sitios dignos de visitarse cuándo vengan a Montréal. El jardín botánico es muy bonito y muy completo, hay infinidad de especies botánicas y jardines temáticos muy interesantes, cómo el jardín chino. Ahora hay una exposición muy impresionante que se llama Mosaïcultures Internacionales, de la cual les dejo unas fotos. El Insectarium también es muy interesante, la cantidad de insectos que tiene en su colección es enorme y los representan de la manera más simple y didáctica. Hoy fué un día muy bien aprovechado.



Grandes esculturas en el Jardín Botánico de Montréal





9.20.2013

Laboratorio


Mi lugar de trabajo, como es habitual en los laboratorios científicos es una mezcla de culturas. Aún no me queda claro de dónde son algunos compañeros pero seguramente más de la mitad somos extranjeros. El primer día, el administrador del laboratorio me mostró mi sitio de trabajo y mi mesa de estudio, ambos sitios me gustaron, ya me veo trabajando ahí. Y lo mejor fue el paquete de bienvenida que tenía en mi mesa: tres pipetas nuevas, varios juegos de gradillas de diferentes tamaños y colores, una bata y un timer nuevecito. Ya quiero ponerme a hacer experimentos pero la burocracia es primero y debo completar mil registros. Además, mi jefe me ha dado varios artículos para empezar a leer del tema de mi proyecto antes de ponerme en acción. Espero la próxima semana estrenar mi bata y mis pipetas, eso si el curso que tengo el lunes y los dos meetings de la semana me lo permiten.


                  Esta es la vista que tengo desde mi mesa de estudio, espero no distraerme tanto. En unos meses, cuando haya nieve haré la misma foto, a ver si me sigue gustando.


9.18.2013

El día que no llegué. Parte II


La historia continúa: con la idea de tener 2 horas más de espera en el aeropuerto, pensé que podría comer algo tranquilamente. Compré una ensalada de pasta, un baggel con queso y un jugo de manzana. Me senté en un lugar alejado de mi puerta de embarque para comer y navegar por internet mientras pasaba el tiempo. Incluso le escribí un e-mail al señor que me rentaría el cuarto para comentarle que llegaría más tarde y justamente a las 6 p.m. ocurrió el desastre… Cuándo veía el correo electrónico me percaté que tenía un e-mail nuevo de la compañía aérea avisando de un cambio de sala del vuelo que ya había realizado, el de México-NY. Y me extrañó que no hubiera otro correo alertándome del retraso del siguiente vuelo puesto que es una información mucho más importante que un simple cambio de sala. Con la cara blanca y la adrenalina a flor de piel me dirigí a la puerta de embarque de mi vuelo y ahí me comunicaron que el abordaje estaba cerrado y que el avión despegaría sin mi. Con los sentimientos traspuestos me dirigí a la mesa de información de la aerolínea, expliqué mi confusión y pedí que me pusieran en el vuelo a Montréal que aparecía en las pantallas como retrasado y que era de la misma compañía. Lo que me dijeron fue aún más alucinante, ese vuelo no existe. ¿Que qué? Es decir, ¿ponen en las pantallas la información de un vuelo que no existe? Pues sí, y solo para confundir a las personas confiadas como yo. El próximo vuelo a Montréal salía a las 7:50 a.m. el día siguiente, me dieron un pase de abordar (sin cargo extra) pero como era mi culpa no haber abordado mi vuelo, la compañía no se hacía cargo ni de proporcionarme hotel ni alimentos. Tardé varios minutos en asimilar la situación y en perdonarme a mi mismo por semejante descuido. Siempre hay una primera vez para todo, así que esta vez me toco perder un vuelo por vez primera (¡o por güey¡).

 
 Así me quedé yo, mirando al cielo en busca de alguien.

9.16.2013

Noche de Jazz

Debo admitir que este blog no llevará un orden cronológico, al menos ahora que tengo tiempo y ganas de escribir. Hay bastantes cosas pendientes pero quería escribir esta entrada antes de que se me olvide lo que les voy a contar. Ayer por la noche, el señor que me alquila la habitación me invitó a probar lo que había cocinado para la cena. Debo decirles que el señor tiene 70 años, es una persona muy culta, ha vivido en varios países, habla al menos 4 idiomas y su casa esta llena de decoración de buen gusto y de mucho arte. La cena consistió en puré de papas y filete de pollo empanizado con salsa de manzana. De beber compartimos una cerveza stella artois. La sobremesa fue lo mejor, hablamos de varios temas, entre ellos la música. El señor es un apasionado de la buena música y es amante del jazz. Me explicó que un músico de orquesta no es nada comparado con un músico de jazz. En la orquesta el que lleva el mérito es el compositor pues el músico es solo un ejecutante, en cambio en la banda de jazz el mérito es de los músicos, que tienen que improvisar por separado sin dejar de sentirse pertenecientes a la banda. Escuchamos varias piezas de jazz en you tube, es impresionante ver disfrutar a una persona de la música, tocando los instrumentos en el aire y gritando ¡wow! cada vez que los músicos improvisaban de manera magistral, fue algo motivador el observar la pasión que siente una persona por algo. Después nos pasamos al reproductor de CDs y lo que escuchamos fue también maravilloso, 26 minutos tan solo de la primera pista de The Köln concert, tiempo en el que las notas del piano iban de una escala a otra sin más orden que la proyección de sentimientos del pianista. Gracias por esta clase Fred, ahora no olvidaré quien es Keith Jarrett y Kaori Kobayashi.

9.15.2013

El día que no llegué. Parte I.


La aventura llamada Montréal comenzó hace más de 17 meses, el 20 de abril del año pasado le envié el primer e-mail al que ahora es mi jefe. Hoy parece fácil decir que he comenzado un nuevo capítulo de mi vida, pero estar en Montréal ahora me ha supuesto más de un año de trabajo, dudas, trámites, frustraciones, etc. Mi plan de viaje decía que llegaría a Montréal el 9 de septiembre por la noche pero no fue así. Ese día empezó muy temprano en México DF, el camino al aeropuerto fue rápida a pesar del temor al tráfico diario o a las protestas magisteriales. El vuelo México-NY estuvo excelente, además me cambiaron de la categoría economic a la economic plus cuya diferencia son como 10 cm más de espacio para estirar los pies. La llegada a NY es bonita pues el avión desciende paralelo a Manhattan brindando una vista de la isla, el rio Hudson y la estatua de la libertad. Aunque una vez que aterrizas comienza le periplo aduanal. La fila para la primera revisión de pasaporte es inmensa y hay gente de todos los colores y sabores. Después de unos 45 minutos de espera se llego mi turno, el agente aduanal me saludo en automático, me preguntó  cuántos días me quedaría en USA y después de hacer las revisiones pertinentes a mi pasaporte y estampar mis huellas me dijo amablemente, vas a tener que ir a una segunda revisión, lo cual ya me lo esperaba. En el “cuartito” de segundas revisiones no había mucha gente quizás porque  los pasajeros anteriores eran en su mayoría daneses. El agente que me atendió me pregunto en tono bromista por la barba y me dijo que así parecía otra persona, selló mi pasaporte sin hacerme muchas preguntas. Mi vuelo de conexión estaba programado para las 6:13 p.m. y en ese momento serían alrededor de las 4:30 p.m. Tenía tiempo para comer algo y con previsión había cambiado 20 dólares americanos en México. Cambié de terminal y pasé los controles de seguridad. Entrando a la sala de espera me detuve a ver las pantallas de salidas y observe 2 vuelos a Montreal, uno con Air Canada y el otro con United Airlines el cuál estaba retrasado 2 horas. Mi mente inmediatamente recordó que la primera vez que viaje a Montreal ese mismo vuelo de conexión se retrasó una hora, por lo que no me detuve a consultar los detalles del vuelo retrasado, ¡error!

                     Así se ve NY en el descenso al aeropuerto Liberty de Newark



Montréal


Históricamente Montréal es la única ciudad bilingüe de facto en el continente, la ciudad se ha dividido justo en medio del boulevard principal (Blvd. St-Laurent) que es la línea divisoria entre los francófonos del este y los anglófonos del lado oeste. Hoy en día los franceses se dispersan a ambos lados de la ciudad y una nueva ola de canadienses de habla inglesa han fijado su residencia en algunos enclaves antes puramente franceses. Gracias a las constantes olas de inmigración no es raro que los Montréalers hablen no uno, ni dos, sino tres idiomas en su vida diaria. Con las nuevas generaciones más preocupadas por los problemas globales (por ejemplo, el medio ambiente) las batallas de idiomas se han convertido en cosa del pasado.

Un tema de debate es que es lo que hace tan irresistible Montréal. Es una mezcla secreta de inspiración francesa, alegría de vivir y el dinamismo cosmopolita que se ha unido para fomentar una floreciente escena artística, una explosión indie rock, una mezcla de renombre mundial de los hoteles boutique, un extraordinario caché de restaurantes ostentosos y un ambiente parisino que impregna cada terraza en el Quartier Latin. En la ciudad, es fácil imaginar que ha sido transportado a un lugar lejano donde el hedonismo es el mandato nacional. Sólo la impresionante vista del clásico estereotipo del skyline de América del Norte desde el Parc du Mont Royal puede impresionarte.

Datos básicos de la ciudad, Idioma oficial: francés; Ciudad, región, país: Montréal, Quebec, Canadá
Altitud: 31 msnm; Población: 1’650,000 hab.; Moneda: Dólar canadiense


 skyline de Montréal desde Parc du Mont Royal

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