El miércoles pasado fui a mi primer evento oficial
en la Universidad de Concordia. Era una recepción para los postdocs ofrecida
por el presidente y vice-rector de la Universidad. La recepción tuvo lugar en
el atrio del onceavo piso de la Escuela de Ingeniería, Ciencias Computacionales
y Artes Visuales que se encuentra en el centro de la ciudad, ese miércoles
estuvo nevando todo el día, así que las vistas desde ese edificio con las luces
de la ciudad y la nieve cayendo eran muy bonitas. Llegué solo pero ahí me
encontré con más gente de biología con las que algunas veces coincido en el
comedor. En la recepción hubo varios canapés, el mejor fue el de pato ahumado,
¡delicioso! Tampoco faltó el vino. Después de un breve discurso de bienvenida
por parte del vice-rector siguió el convivio. El resumen del discurso fue que
somos unos 90 postdocs en este ciclo, la mayoría en ciencias sociales, que no
trabajemos hasta morir sino que seamos moderados y que nos acordemos de la
Universidad cuando ocupemos puestos importantes. A nuestro grupo de biología se
unieron varias personas más, entre ellos (después lo supe) un notable profesor
de ciencias computacionales que era muy amable y bromista y uno de sus alumnos.
Y como no podía ser de otra manera, nuestro grupo fue el último en retirarse.
Como bien se dice, Dios los hace y ellos se juntan, de ahí surgió la clásica
pregunta ¿Dónde le seguimos? La elección fue un bar cerca de ahí llamado
Brutopía y sí, así salimos, un poco brutos, jaja. El grupo, como suele ocurrir
en estos ámbitos estaba conformado por distintas nacionalidades, Vietnamita,
Francesa, Polaca, Alemán, Checo y Mexicano. Después de muchas risas y algunas
pintas salimos de ahí para irnos a nuestras casas. La recepción empezó a las
5:30 p.m. y salimos del bar antes de media noche para alcanzar el transporte
público. Todo ocurre muy temprano en esta época del año.
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