Ayer por la mañana experimenté la sensación de las pestañas congeladas. A pesar del frío (-20ºC) decidí irme caminando de mi casa al trabajo, son solo 10 minutos de camino, lo suficiente para disfrutar el frío y aprender a valorar la calefacción. Al salir del edificio me tapé la boca para evitar respirar el aire frío, aún así sientes como tus pulmones se comprimen al respirar por primera vez el aire a esas temperaturas. Una parte del vapor que salía de mi boca se quedaba entre mis pestañas y se congelaba al instante. Es una sensación curiosa, es como cuando le muerdes al pastel de tu cumpleaños y alguien te empuja para que te llenes la cara de betún, aunque te limpias enseguida las pestañas se quedan pegadas por el dulce de esta crema pastelera. Bueno, en realidad no tengo un recuerdo muy claro que eso me haya pasado pero seguro que se siente lo mismo.
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